El Tercer Ojo, en sánscrito Ajna significa el centro de la Percepción, la Sabiduría.
Situado en la frente, en el entrecejo.
Se siente como color añil o índigo y resuena con la nota La. El sonido de su Mantra es «A».
La glándula que rige es la pituitaria.
Fortalece y amplifica la visión y la intuición. Actúa como puente entre lo físico y lo metafísico.
Ajna es la base de nuestro conocimiento de nosotros mismos, visión, intuición y sabiduría.
El Tercer Ojo es el chakra que nos permite una comunicación entre «La Fuente» (el origen de toda la Creación) y nosotros.
Ajna es el chakra asociado con la espiritualidad y nuestro lado femenino más intuitivo y perceptivo.
Cuando sentimos el despertar de la conciencia ocurre en el Tercer Ojo.
Con el chakra Ajna en armonía entendemos las cosas sin necesidad de un proceso mental. «Vemos». Tenemos la sabiduría de nuestro YO interior. Ajna nos permite la capacidad de visualización y entender los conceptos mentales. La energía de Ajna proporciona intuición e imaginación. Proporciona una mente clara, capacidad de concentración y paz mental. Percibimos: nos adelantemos a los hechos, percibiéndolos con anterioridad.
Con Ajna bloqueado tenemos una visión de la realidad confusa y cargada de negatividad ya que proyectamos imágenes y conceptos hacia el mundo exterior para crear el nuestro propio. La persona se encuentra desconectada con su espíritu y sus ideas. Éstas ideas no se materializan al no estar en armonía con La Fuente. La persona se siente frustrada y desgraciada, llena de pensamientos e imágenes negativas y limitantes.
Podemos equilibrar Ajna con Reiki y la ayuda de ciertos cristales como: amatista, labradorita amarilla, lapislázuli, larimar, lepidolita, prenhita, serafinita, sodalita, sugilita, ojo de tigre, topacio azul, turmalina azul, turquesa o atlanticita.
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